jueves, 4 de julio de 2013

José Hierro

Los caminos no van
a ningún fin, que todos
acaban en nosotros.

La llama del crepúsculo
nos funde en uno sólo.
Hermoso es caminar,
soñar, cantar. Hermoso
ser una gran ternura
con un corazón próximo,
(con un dolor remoto).

La tarde se desnuda,
muestra sus hondos oros.
Encanta cada forma
con su vino glorioso.

Ya no hay nada: - pasado,
futuro, sombras, gozos -,
por fuera de nosotros.

La tarde desempolva
su cálido tesoro.
Sus pámpanos de fuego
zuman en nuestros ojos.

La tarde es nuestra. El mundo
se hizo para nosotros.
Somos su centro vivo
y gira el tiempo en torno.
Pasa y no puede herir
con su dolor remoto
nuestro corazón próximo.

Los caminos no van
a ningún fin, que todos
acaban en nosotros.

Con las piedras con el viento (1950)

No hay comentarios:

Publicar un comentario