jueves, 29 de mayo de 2014

Temple (Amado Nervo)


Estoy templado para la muerte,
templado para la eternidad,
y soy sereno porque soy fuerte:
la fuerza infunde serenidad.

¿En qué radica mi fuerza?
En una
indiferente resignación
ante los vuelcos de la fortuna
y los embates de la aflicción.

En el tranquilo convencimiento
de que la vida tan sólo es
vano fantasma que mueve el viento,
entre un gran "antes" y un gran "después".

Serenidad: 1909-1912

jueves, 22 de mayo de 2014

Poema (Carlos Pujol)

A fuerza de pulir como un diamante
espléndidas palabras, sus sentidos,
las sombras que la música sugiere,
se achica el material y se hace raro,
como una ensoñación que desvaría.
En mi juego de espejos ya no sé
a quién remite cada imagen ni
adónde me conducen
las oscuras verdades de la estética.
Ese polvillo de oro
es un producto cruel de la pericia.
Como sacar del aire perfección,
y el aire nos devuelve su vacío. 

Poemas (2008)

jueves, 15 de mayo de 2014

Preludio a: "El mirador de piedra" (Rubén Martín Díaz)


Si algo te asombra, entra. No declines
estar
en eso que deseas.

No lo mires. Contempla. Date a ello.

Ten por seguro
que habrá estado esperándote
antes de que llegaras.

Si el bosque te respira,
abre el pulmón. Sé árbol.

Si la piedra entorpece tu camino,
entonces cógela,
hazte piedra en tu mano
y prolonga tu cuerpo en la distancia
cuando la arrojes.

Si es la isla que te observa desde lejos,
piénsate en ella;
incluso el agua cambia
todos sus átomos
llegada al barro que limita
la orilla.

Si es la llama
que vertebra la bóveda del aire,
crece en el fuego. Cumple sus designios.

Si el animal se asusta,
entra en su miedo. Dale paz. No vayas
tras él.

Y si es la luz
que unta de otoños este mirador
desde el que observas,
déjala cruzar
tu cuerpo

y que en él se ilumine con justicia.



El Mirador de Piedra (2012)

jueves, 8 de mayo de 2014

Dejadme (Maria Victoria Atencia)

Dejadme como cuando nací desnuda y sola,
vacía de palabras, solo aire en el pecho,
y en mis venas corrían los cursos de un arroyo.
Que vuelvan a su origen los gestos usuales
y que al abrir mis ojos sólo penetre en ellos
un punto de luz pura.
Que por la enredadera de las horas se pierdan
mi memoria y mi nombre. Que el tacto de las rosas
me abandone en la tarde, y en la humedad del alba
retorne nuevamente al olor de las juncias.

Dejad que sin zapatos siga andando y regrese
de muy lejos al pecho caliente de mi madre.

Marta & María (1976)

jueves, 1 de mayo de 2014

Continuidad de las rosas (Francisco Brines)

Donde viste la luz, sigue la luz,
y allí donde los cuerpos estuvieron
siguen las olas mojando las arenas;
donde oliste la flor, zumban abejas
nuevas, y otros veleros tiene el mar.
En el lugar donde absorto viviste
el engaño del mundo: tu inocencia,
los mismos astros permanecen.
                                                                     Ciego,
miras la luz, las olas, las abejas,
los veleros, los astros. El camino
está lleno de rosas, y no hueles
sino la oscuridad desposeída.
Entra en la casa aún, cierra el postigo:
nadie te espera ya, y a nadie esperas.

Insistencias en Luzbel (1977)