jueves, 31 de julio de 2014

Calma (Eliseo Diego)

Este silencio,
blanco, ilimitado,
este silencio
del mar tranquilo, inmóvil,
que de pronto
rompen los leves caracoles
por un impulso de la brisa,

se extiende acaso
de la tarde a la noche, se remansa
tal vez por la arenilla
de fuego,

la infinita
playa desierta,
de manera
que no acaba,
quizás,
este silencio,

nunca?

La sed de lo perdido (1994)

jueves, 24 de julio de 2014

Falta de mérito ( Armando Rojas Guardia)

Si yo fuera capaz de entrar por fin
en esa pulcritud del aire inmóvil
que he llamado silencio en el poema;
si yo fuera capaz de nombrar árbol
como esta tarde el árbol se mostraba
a sí mismo en la quietud del parque;
si yo fuera capaz de parecerme
al objeto real de mi escritura
(al agua misma cuando escribo agua,
al vaso limpio cuando escribo vaso);
y si fuera posible merecerte,
cosa que ultrajo en tu mudez precisa
al hacerte sonar en mi palabra,

yo entraría en la luz de lo que digo.

Del mismo amor ardiendo (1979)

jueves, 17 de julio de 2014

(Hojas de acanto y rosas...) Alvaro Valverde

Hojas de acanto y rosas,
Una vieja piedra de molino y enramadas,
El suelo tejido de una hiedra fresca.
Dejarse caer cuando la siesta insiste,
cuando la parra protege y la chicharra canta.
Mecerse con la brisa de la tarde,
con la música acorde de las moscas.
Obligarse a vivir con mansedumbre.
Ni dormir ni siquiera estar despierto.
No buscar sino amor.
Aquí, en el huerto sombrío
donde las horas son luz tamizada
y del limón aroma.

Hagamos de este lugar un territorio.


De la Antología la generación de los 80

jueves, 10 de julio de 2014

Vuelos y alcances (Vicente Gallego)

Vislumbro la absoluta sencillez,
la obediente eficacia
con que todo se ajusta a su tarea
de vuelos y de alcances.
Ni una onda tremola en desacuerdo,
ni un cabello de luz está danzando
sobre este negativo por su cuenta.

No hay nada personal
en estos filamentos que registran
el ciego fogonazo de la vida.
Y así como las olas
van tejiendo su danza porque manda
un viento sobre ellas,
los actos de los cuerpos se repiten
en la celeste rueda de las causas.

Todo está sucediendo
sin que nadie se implique
en este haz de oros y de picas.
Es una operación que se resuelve
por pura prodigiosa
matemática.

Ha vibrado el arcano
sobre el hangar vacío y son su eco
abecedarios,
leyes,
las promesas
de dioses y de hombres,
albadas a la hermosa y luego voces
de muerte con el alba.

Miniado con la sangre de los justos
hay un evangeliario en las partículas
que anuncia su perdón al que mató
y al que fue asesinado, suma y sigue.

¿No veis que no se pierde ni una gota
de este amargo licor, de esta dulzura?

Calla el coro del Uno
y un silencio elocuente es lo que queda.
No se acierta a pensar;
quien abre el corazón y lo hace oídos,
ése puede que oiga.



Si temierais morir( 2008)

jueves, 3 de julio de 2014

Aunque sea un instante (Jaime Gil de Biedma)

Aunque sea un instante, deseamos
descansar. Soñamos con dejarnos.
No sé, pero en cualquier lugar
con tal de que la vida deponga sus espinas.
Un instante, tal vez. Y nos volvemos
atrás, hacia el pasado engañoso cerrándose
sobre el mismo temor actual, que día a día
entonces también conocimos.
                                                      Se olvida
pronto, se olvida el sudor tantas noches,
la nerviosa ansiedad que amarga el mejor logro
llevándonos a él de antemano rendidos
sin más que ese vacío de llegar,
la indiferencia extraña de lo que ya está hecho.
Así que a cada vez que este temor,
el eterno temor que tiene nuestro rostro
nos asalta, gritamos invocando el pasado
–invocando un pasado que jamás existió–
para creer al menos que de verdad vivimos
y que la vida es más que esta pausa inmensa,
vertiginosa,
cuando la propia vocación, aquello
sobre lo cual fundamos un día nuestro ser,
el nombre que le dimos a nuestra dignidad
vemos que no era más
que un desolador deseo de esconderse.


Compañeros de viaje (1965)