jueves, 24 de abril de 2014

Romero sólo ... (León Felipe)


Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos;
ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo...
Ser en la vida romero... romero... sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo...
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.


Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos,
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.

La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.

No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
Un día todos sabemos hacer justicia;
tan bien como el rey hebreo,
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo...

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo...
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
Poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo,
ni la flor de un solo huerto ...
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.

Antología rota, 1970

jueves, 17 de abril de 2014

La primavera de la esfinge (Luis Garcia Montero)

Olvídate de mí si estás conmigo.

Podemos permitirnos este lujo
de abandonar los nombres,
porque el nombre es razón de los ausentes,
y nosotros estamos en la luz,
en el aire que corta las dulces siluetas,
en el tiempo que ordena las palabras
y en los escalofríos del jardín.
Incluso en la memoria que quiso ser presente.

Después vendrá el otoño
y volverán los nombres a los labios.

Apágame, viajero,
la luz cuando te vayas.
Recuérdame, lector,
al doblar esta página.



La intimidad de la serpiente (2003)

jueves, 10 de abril de 2014

Descanso (Gabriel Celaya)

Con ternura, con paz, con inocencia,
con una blanda tristeza o el cansancio
que viene a ser un perro fiel que acariciamos,
estoy sentado en mi sillón y soy feliz,
y soy feliz
porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.

Con una fatiga que no es un desengaño,
con un gozo que no alienta esperanzas,
estoy en mi sillón, y estoy
en algo que quizás sólo es amor.

Sé que floto
y nada me parece sin embargo indiferente;
sé que nada me alegra ni me duele
y que sin embargo todo me enternece;
sé que eso es el amor,
o que quizá solamente es un dulce cansancio;
sé que soy feliz
porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.


Antología poética (1995)

jueves, 3 de abril de 2014

Cima de la delicia (Jorge Guillen)

¡Cima de la delicia!
Todo en el aire es pájaro.
Se cierne lo inmediato
Resuelto en lejanía.
¡Hueste de esbeltas fuerzas!
¡Qué alacridad de mozo
En el espacio airoso,
Henchido de presencia!
El mundo tiene cándida
Profundidad de espejo.
Las más claras distancias
Sueñan lo verdadero.
¡Dulzura de los años
Irreparables! ¡Bodas
Tardías con la historia
Que desamé a diario!
Más, todavía más.
Hacia el sol, en volandas
La plenitud se escapa.
¡Ya sólo sé cantar!

Cántico (1928)