jueves, 22 de diciembre de 2016

Sol de Invierno (Antonio Machado)

jueves, 15 de diciembre de 2016

Tres cosas me preocupan (Carlos Murciano)

Tres cosas me preocupan
para después de haber llovido:
   no encontrar el camino, cegado por el agua
última;
conservar la memoria de haber vivido poco;
tropezar con el muro definitivamente;
   quiero decir,
no encontrar la memoria
última;
tropezar con el muro, cegado por el agua
de haber vivido poco;
conservar el camino definitivamente;
   o acaso no me explique:
lo que quiero decir es que me aterra
no encontrar el camino de haber vivido poco;
tropezar con el agua
última;
conservar la memoria, cegado por el muro
definitivamente.

"Yerba y olvido" (1977)

jueves, 8 de diciembre de 2016

Marina habla con árboles (Adolfo Cueto)

Marina habla con árboles, entiende
su alta edad, el estremecimiento
del verano en sus hojas. Por su espina dorsal,
como a esa rama tierna, recién
brotada, asciende
este coro danzante, sonajero del viento
que le canta al oído.

La estoy viendo ofrecer su inocencia sin traba,
sonreír, explorar
un lenguaje preciso, de raíces
secretas, que no tiene alfabeto –y es ya esta palpitación
del mundo, respirándome a fondo–.
Pecho alado y en paz,
criatura tan dentro
como un cielo de agosto, hacia arriba, en lo alto,
donde canta la vida, donde la vida es
bella aún.

Marina habla con árboles
–me dices– aunque tenga 3 meses.
Aunque algunos no escuchen, porque sólo
sonríe, porque no sabe hablar.

 "Diario mundo" (2000)

jueves, 1 de diciembre de 2016

Letanía del ciego que ve (Antonio Colinas)


Que este celeste pan del firmamento
me alimente hasta el último suspiro.
Que estos campos tan fieros y tan puros
me sean buenos, cada día más buenos.
Que si en tiempo de estío se me encienden las manos
con cardos, con ortigas, que al llegar el invierno
los sienta como escarcha en mi tejado.


Que cuando me parezca que he caído,
porque me han derribado,
sólo esté arrodillándome en mi centro.
Que si alguien me golpea muy fuerte
sólo sienta la brisa del pinar, el murmullo
de la fuente serena.

Que si la vida es un acabar,
cual veleta, chirriando en lo más alto,
allá arriba me calme para siempre,
se disuelva mi hierro en el azul.

Que si alguien, de repente, vino para arrancarme
cuanto sembré y planté llorando por las nubes,
me torne en nube yo, me torne en planta,
que sean aún semillas mis dos ojos
en los ojos sin lágrimas del perro.


Que si hay enfermedad sirva para curarme,
sea sólo el inicio de mi renacimiento.
Que si beso y parece que el labio sabe a muerte,
amor venza a la muerte en ese beso.
Que si rindo mi mente y detengo mis pasos,
que si cierro la boca para decirte todo,
y dejo de rozar tu carne ya sembrada,
que si cierro los ojos y venzo sin luchar
(victoria en la que nada soy ni obtengo),
te tenga a ti, silencio de la cumbre,
o a ese sol abatido que es la nieve,
donde la nada es todo.


Que respirar en paz la música no oída
sea mi último deseo, pues sabed
que, para quien respira
en paz, ya todo el mundo
está dentro de él y en él respira.

Que si insiste la muerte,
que si avanza la edad, y todo y todos
a mi alrededor parecen ir marchándose deprisa,
me venza el mundo al fin en esa luz
que restalla.

Y su fuego me vaya deshaciendo como llama
de vela: con dulzura, despacio, muy despacio,
como giran arriba extasiados los planetas.
 alimente hasta el último suspiro.
Que estos campos tan fieros y tan puros
me sean buenos, cada día más buenos.

Tiempo y abismo (2002)
Que si en tiempo de estío se me encienden las manos