jueves, 27 de abril de 2017

Ecuador (Benjamín Prado)


Hace falta la noche para ver las estrellas.

Igual que ayer, hoy busco -lo dijo Juan Ramón-

una verdad aún sin realidad,
busco en la tinta verde de todo lo que escribo
un planeta sin nombre o una jungla perdida.

Y hace falta la noche.

Yo me siento en las sombras,
prendo un fósforo,
tallo mis esmeraldas,
construyo mis panales.
Todo es igual y todo es diferente.

La vida,
que fue un río,
es ahora un océano,
el pasado es la arena y el agua es el futuro.

Hace falta la noche.

Todo está en mí
lo mismo que un clavo en la madera:
cada paso en la nieve,
cada luz,
cada piel,
cada mañana.
Todo lo que ha ocurrido
por fuera es ya ceniza, pero dentro aún es fuego.

Hoy todo está tan claro.
Es hora de empezar
y yo busco las sombras.

Hace falta la noche para ver las estrellas.

 Iceberg, 2002

jueves, 20 de abril de 2017

I (José Ramón Ripoll)

De todo ese rumor que configura
la playa, el firmamento, el mar, su orilla,
sólo un guijarro entre las manos
asevera quién soy
más allá de los dedos que lo tocan
y acarician su mineral sustancia.
En la fusión imperceptible
de mi huella en la piedra
se escribe cuanto he deseado
y no ha podido ser.
Devuelvo el tiempo al agua
y continúo escuchando su sonido.
Lo demás es paisaje y una deuda
que me ha ocultado la mirada.

"Piedra rota" (2013)

jueves, 13 de abril de 2017

No todas las preguntas...(José María Muñoz Quirós)

No todas las preguntas son lo mismo:
unas veces el duro enigma brota
como un agua sin fondo. A veces mana
como el silencio de una tarde breve
que se escapa en las alas de una triste
cigüeña cuando vuela. Otras veces
es la sombra de un árbol en verano,
o la fuente que se alza en chorro abierto
hacia la inmensa brisa donde abraza
la soledad del viento. Son preguntas
como labios sedientos, como noches
heridas que ya nadie reconoce.
No todas las preguntas son preguntas.
A veces viene el agua y nos responde.

"El rostro de la niebla" (2009)

jueves, 6 de abril de 2017

"Delirio del incrédulo" (María Zambrano)

   Bajo la flor, la rama;
sobre la flor, la estrella;
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá?
Más allá, ¿no recuerdas? , sólo la nada.
La nada, óyelo bien, mi alma:
duérmete, aduérmete en la nada.
[Si pudiera, pero hundirme... ]
   Ceniza de aquel fuego, oquedad,
agua espesa y amarga:
el llanto hecho sudor;
la sangre que, en su huida, se lleva la palabra.
Y la carga vacía de un corazón sin marcha.
¿De verdad es que no hay nada? Hay la nada.
Y que no lo recuerdes. [Era tu gloria.]
   Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro,
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
   Mas no puedo.
Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo, no puedo buscar nada;
no llego hasta la nada.


"El agua ensimismada" (1999)