jueves, 25 de enero de 2018

Imagen de mi padre (Nicanor Parra)

Yo tenía un fiel amigo 
de lento mirar cansado 
triste como un jardinero 
y puro como un relámpago. 

Tenía las manos suaves 
como el corazón de un pájaro 
al andar casi danzaba 
y hablaba casi cantando. 

Como ríos paralelos 
vagábamos por los campos 
yo lo confundía a veces 
con la sombra de algún árbol. 

El cielo que lo cubría 
no podía ser más alto 
y el nardo azul de su alma 
no podía ser más nardo. 

Si hubiera sido de agua 
¡qué compañero tan claro! 
serenos como sus ojos 
nunca se verán dos lagos. 

Amigo dulce dormido 
que nunca será olvidado 
ni en el día en que se cierren 
para mí todos los astros. 


Ocho nuevos poetas chilenos (Antología) (1939)

jueves, 18 de enero de 2018

Poética (supongo) (Julieta Valero)


Todo duerme en mí
Todo habita en cada uno de nosotros
Somos un aleph moribundo de ignorancia
Todos los poemas duermen en mi pecho
Lo mismo que las grandes hazañas y las doradas miserias
De cada minuto
No es mi deber despertar estas cosas
Nadie nos tuvo en cuenta 
Cuando las depositó como hojas
En las estancias de nuestra alma

Podemos bramar toda la vida
En lucha de imposible raudal
Podemos respetar el sueño del universo
Que se acuna en nuestras carnes
Nada es mejor o peor
Todo duerme en cada uno de nosotros

Nadie me imponga la vigilia


Altar de los días parados (2003)

jueves, 11 de enero de 2018

Yacimiento (Guillermo Carnero)

No profanes la tierra; déjala
compacta y ciega sobre su secreto.
Sólo descubrirás signos de muerte,
testimonios y pruebas del fracaso
de tejer, construir, darle a la piel
juventud en el brillo de una joya,
inscribir en el oro y sobre el lino.
Deja intacto ese césped en que ondula
un silencio más limpio que la vida.

"Regiones devastadas" (2017)

jueves, 4 de enero de 2018

Reencuentro (Angelina Gatell)


                       Entre la vida y la nada 
                     qué delgada es la frontera. 
                                      Rafael Morales

             A la memoria de Juan José Arnedo 


En esa raya
tan delgada y confusa en que la vida 
estrella sus mareas; en la linde del tiempo 
donde los actos palidecen y se apagan 
todas nuestras heridas,
me detendré.

Sé que habrá alguien esperándome. 
Me tenderá una mano,
me llevará al lugar donde están ellos 

con su canto y el mío no extinguidos.

Ven me dirán sus voces inaudibles
La manifestación es a las siete.

Desplegaremos
con ardor las banderas, las pancartas.
Y unidos otra vez debajo de las pérdidas 

aún más heridos que la propia historia
levantando las manos con el gesto
de amor que siempre nos ha unido,
iremos repitiendo la consigna.


Y entonces, solo entonces,
cruzaré muy despacio la frontera
tan delgada que hay, que siempre ha habido, 

entre mis sueños y la nada.

"La oscura voz del cisne" (2015)